POR UN PUENTE A OTRO PUENTE
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.
Vicente Aleixandre, "Se querían"
¿Quién pretendería rescatarlo todo como para transportarlo a un solemne tomo
imborrable, mineral, mudo?
Pues es la cuestión esencial que sólo fuiste, todo, transcurrir de labios y sus brillos,
que encuentran su sustancia, su razón de ser, tenue, ínfima y modesta,
en llegar, insospechados quizá, saciar por un instante y borrarse.
¿Borrarse?
Sí: cierto desvanecimiento como cierto paso necesario para escribir su huella en otros,
y tantos otros más, que escribirán en otros ciertos trazos que se desvanecen,
en hojas que se desvanecen, en memorias que no saben recordar.
Sí. Como una leve pluma que aletea sola, desposeída de su ave. Muescas de cosas, cursos insospechados, solos.
No sabiendo quedarse, no queriendo o pudiendo, aun deseándolo con la más pura intención.
Qué inútil es el verbo "quedar", si no cabalga en la forma, olvidándose así, y pretende
hacerlo al espejismo del sustrato.
Inútil como querer retener la imagen y la estructura de la pirotecnia,
que se deshilacha para dejar vencer a la noche.
La noche es fértil, creedme.
Sabedlo, la noche es fértil.
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