ALGA Revista de Literatura
nº85 - otoño 2021




Dirección:
  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
      Escultura de Maïs (Jorba)


    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    GOYA GUTIÉRREZ

    Es miembro del Grupo de Poesía ALGA y dirige la revista ALGA desde 2003.
    Ver http://goya-gutierrez-lanero.com/

    A Chillida y Maïs

    En lo más hondo del aire hay un jardín plantado

    y de sus venas crecen inmarcesibles plantas con sus flores

    y árboles con sus frutos de espacios visibles e invisibles,

    para habitar en ellos y en sus tensos límites.


    La fortaleza férrea de los tallos asciende y se retuerce,

    forma pétalos, cálices florecidos en hierro.

    Otras veces las ramas rectilíneas se erigen hacia el cielo

    en mística desnudez de haber sido purificadas por la lumbre

    como rogando que los dioses les otorguen frutecer

    la granada de oro que fuera capaz de resumir el orbe.


    A lo lejos se asoman grandes ojos llenos de viento y de vacío,

    vigías de lo vivo y de lo inerte frente a un mar total, finito.


    Pero también las grandes ondas forjadas de hormigón

    quisieran ser

    la herradura de las estrellas que cabalgan por las galaxias.


    Y también el metal se desvencija en sencillez de barca

    o en la casa varada en sus escollos,

    en quebrados barrotes oxidados que vomitan los cuerpos

    hacia el fondo.


    O en navíos antiguos de cuentos de madrastras buceando

    en el espejo acuoso a fin de rescatar la inocencia

    de las blancas perlas de su juventud.


    O en escaleras que emergen traspasando los vientres

    del mar y de la tierra

    y llegando a la región de las nubes y el vuelo.


    En la forja las incandescencias amansan la materia

    y el infierno deja escapar como a Orfeo y Eurídice

    al espacio y su sombra entrelazadas, sin mirar hacia atrás,

    solo de cara a la belleza que dulce llama hacia

    el umbral de lo velado,

    solo de cara al enfebrecido moldear de las manos astrales.


    MAÏS


    MAÏS

    II

    Esas islas sumergidas en cavernas marinas

    que no saben que albergan un tesoro

    en los brillos silvestres de rubís, de amatistas, de azafrán

    en corales cobijando el enigma de un cuento primigenio,

    otras centelleantes buganvillas, hijas nacidas

    a la umbría de algún dios primitivo que cercena

    a través del estigma su placer, su fulgor y sus alas,

    otros pies indigentes que desnudan el día

    de todas las ciudades, destapando su sutil maquillaje,

    sus cultivadas formas,

    amores apacibles husmeando la mano que dulcemente

    peina el césped afelpado y animal de sus cuerpos,

    vencedores del fuego, exploradores de la veta

    de lo desconocido, endurecidos y brillantes como el oro,

    otros niños carentes de pantallas que habitan al lado

    de la mina foránea que con su boca abierta

    escancia ese veneno de metal en su sangre,

    otro vacío aséptico que siente el que ha caído

    detrás del laberinto de las puertas de urgencias,

    otras manos níveas y candentes que siembran en las grietas

    la semilla del fruto que restaura la vida,

    otras diosas que, como la Gorgona, fueron violadas

    por la negrura córvida de la fuerza,

    y después castigadas y culpadas por ello,

    otros viajes que atravesaron el país prohibido

    y quedaron sellados e inconclusos.

    página siguiente