Un silbido paraliza la noche
máscaras rojas, blancas, negras
se refugian detrás de balcones, ventanas
rostros se desnudan, liberan frases
en el fluido del aire
Temor en el acercamiento de los cuerpos
se deshace el entretejido de la rutina
al asomo del devenir
Caminar sin senda
miedo en las pupilas
vuela el ave, universo infinito
el graznido sobrecoge la huella
del ser
El beso, brota de los labios
salivar enredado en los sentidos
acelera el torrente sanguíneo
la piel tiembla entre los dedos
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