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Donde el silencio
Yace el silencio
tendido en mi costado
y si convoco al estruendo cotidiano,
a veces
me confunde la conciencia
y sigo mostrando
mi vocación silenciosa:
huir de la responsabilidad y el aturdimiento
y quedarme detenida
en la vertiente donde resbalan
a modo de caricias
el olor del pino,
el rumor del arroyo,
las conversaciones
en voz baja de mis sabios
o mis muertos queridos,
de palabras quedas
en murmullos
solo en mi interior batiendo.
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Reparación
Apenas sin propósito
me sorprendo confiada
al ensueño de evocar
un pasado y saberlo inconcluso.
Manejando el delicado
recuerdo de una lozanía
de paso rápido,
casi inaudible su resonancia,
vuelvo ahora a interpretar
palabras dichas en otro tiempo
y admiro el prodigio
de un sentido insólito,
velado a mi luz de entonces.
Les hago cobrar nueva vida
y reparo el error
de haberlas visto expuestas
sobre el manto oscuro
de mi noche de párpados cerrados,
los ojos muy quietos,
y no haber sabido leer
sus otros significados.
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