ALGA Revista de Literatura
nº73/74 - primavera 2015




Dirección:

  • Goya Gutiérrez

    Edición:
  • Grupo de Poesía ALGA

    Responsables de la edición del presente número:
  • Goya Gutiérrez
  • Enric Velo

    Maquetación, composición y diseño web:
  • Enric Velo


  • Portada:
    • Supèrbia/Lleó
      de Bernat Velo

    Sumario
    http://revistaliterariaalga.com/

    Poesía

    NIELS HAV

    NIELS HAV - se crió en una granja al oeste de Dinamarca, y en la actualidad reside en Copenhague. Es una de las voces nórdicas contemporáneas más destacadas. Algunos de sus libros son: en inglés We are here (2006), y en danés De gifte koner i København [Las mujeres casadas de Copenhague] (2009), y Når jeg bliver blind [Cuando me volví ciego] (1995). Estos libros y otros han sido traducidos al inglés, español, árabe, turco, italiano, alemán y chino. También ha sido galardonado con varios premios, entre ellos el The Danish Arts Council.

    Versión del original danés por GLORIA GALINDO

    EL DESAFÍO

    Despertar por la noche con el cerebro lleno de locas
    especulaciones no es tan raro,
    la mayoría se encontrará con un monstruo. Unos
    alivian con analgésicos el dolor,
    sobrevivir a la pérdida o salvarse de una depresión.
    Se sienten totalmente abandonados y solos
    con los monstruos - así es.
    El diablo anda como león rugiente.
    Otros se conforman con la droga que hay
    en el libre mercado; el tabaco, el café, el alcohol, orgías de comida
    o ascetismo. Otros consiguen desaparecer
    en el trabajo o en alguna gran pasión.
    Construimos pequeños imperios con la esperanza de que sirvan
    de ancla al espíritu sin hogar, ese día
    abandonamos el cuerpo y entramos en la eternidad.
    Todos quieren dejar su huella -como agradecimiento,
    porque se nos permitió poner los pies en la Tierra y regocijarnos
    de su belleza; se nos permitió amar y odiar
    en el ámbito normal de un cuerpo con domicilio habitual.
    El desafío es descifrar las experiencias comunes;
    el horror y la miseria que nos rodea pegados
    en la ropa penetrando en el cuerpo.
    Observar lo que pasa y si es posible
    decir las cosas como son.

    NO CONTRIBUYAMOS AL OLOR A MIEDO

    ¿Por qué se empujan en el autobús?
    el invierno es aterrador
    de por sí
    ¿Qué sabemos de la bondad
    y la maldad? No contribuyamos
    al olor a miedo.
    La mayoría de la gente hace un esfuerzo
    por vivir,
    y él que todas las mañanas decide
    levantarse, merece respeto.

    Versión del original danés por ORLANDO ALOMÁ

    LAS MUJERES DE COPENHAGUE

    Me he vuelto a enamorar de cinco mujeres
    distintas durante un viaje en el autobús de la ruta 40
    de Njalsgade a Osterbro. ¿Cómo va uno a controlar
    su vida en esas condiciones?
    Una de ellas llevaba un abrigo de piel;
    otra, botas rojas. Una leía el periódico; la otra, a Heidegger
    y las calles estaban inundadas de lluvia.
    En el bulevar Amager subió una princesa empapada,
    eufórica y furiosa, y me cautivó totalmente.
    Pero se bajó frente a la estación de policía
    y su lugar lo tomaron dos reinas con pañoletas fulgurantes
    que hablaban con voces estridentes en pakistaní
    durante el trayecto al Hospital Municipal
    mientras el autobús bullía de poesía.
    Eran hermanas e igualmente bellas, por lo que les entregué
    mi corazón a las dos y empecé a hacer planes de una nueva vida
    en una aldea cerca de Rawalpindi, donde los niños crecen en medio del olor
    a hibisco mientras sus madres cantan canciones desgarradoras cuando
    la tarde cae sobre las llanuras pakistaníes.

    ¡Pero ellas no me vieron! Y la que llevaba el abrigo de piel lloraba
    con disimulo, cubriéndose con el guante, cuando se bajó en Farimagsgade.
    La que leía a Heidegger cerró el libro de súbito y me miró fijamente
    con sonrisa burlona, como si acabase de vislumbrar a un Don Nadie
    en su mismísima insignificancia. Así se me partió el corazón por quinta vez
    cuando se levantó y se fue con las otras. ¡Qué brutal es la vida!
    Seguí otras dos paradas antes de darme por vencido.
    Siempre termina así: Uno, de pie en la acera, fumando un cigarrillo,
    tenso y levemente desdichado.

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