___________ JOSÉ ANTONIO AZNAR ____________
RETORNO
A la hora imprevista
que un instante habrá de concretar,
cederá el hilo misterioso que te amarra.
Inexorable, te adentrarás en la corriente
hasta sentir por completo el abrazo,
la humedad mineral que te saluda,
el tibio lodo primordial,
nuestro alfarero.
En breve,
el filo de tu ausencia
trazará un corte diagonal en nuestros días,
que dejarán de ser rutina
para adoptar otros nombres:
duelo, convicción,
pérdida, olvido.
Nada temas.
No hay derrota más allá de la orilla;
no la hay… nunca la hubo,
sólo tiempo eternamente
que nos forma y nos deshace.
MIENTRAS EL RELOJ DA LAS CUATRO
Deja que te agarren las tinieblas.
Deja que mi voz choque con la noche
y llegue a ti,
que sus brazos te rodeen,
que sus manos te asciendan como arañas
y te palpen el rostro
y busquen otra boca, otros labios,
otra historia.
No tiene palabras
el color de esta madrugada,
pero sí las tiene el roce,
la remota elocuencia del roce vibrando en el pasado,
el tacto ausente de tus dedos
abrasando mi insomnio,
como un guijarro incandescente,
como un diminuto pedazo de eternidad.
Cuando la noche te encuentre,
párate a escucharla.
Te sonará su voz
casi seguro.
(17/01/2006)
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